domingo, 14 de octubre de 2012

Memorias de la Madre María (4)




MEMORIAS DE LA MADRE MARIA (4)

EL CONCEPTO INMACULADO


Mientras tengamos la gran oportunidad de sostener la atención de la humanidad en Nuestra Presencia y en Nuestro Servicio a la Vida, a lo largo de este año.*[1] Me esforzaré en transmitirles estudiantes (así como también a quienes Me visiten en el Templo de la Resurrección, o en cualquier Retiro o Santuario donde Mi Foco y Mi Llama habitan) la conciencia del “Concepto Inmaculado” conciencia que desarrollé a través de siglos y siglos de dedicación de Mi espíritu y fidelidad auto-consciente a Dios.


MAGNIFICAR AL SEÑOR

Cuando el amado Jesús era un niño muy pequeño, ya manifes taba esa pureza de espíritu. Él nació con una conciencia naturalmente bella. No tenía karma. No había marca alguna en Su alma, ni una sola imperfección en Sus pensamientos y sentimientos que pudiera contaminar la expresión perfecta de Su mente, cuerpo o espíritu. Puro y perfecto como era, tenía las facultades de los sentidos más altamente desarrolladas que cualquier otro niño en la tierra. Tenía vista perfecta, oído perfecto, gusto, tacto y olfato perfectos. Además de todo esto, Él tenía una gran intuición y sensibilidad hacia las cosas espirituales. Jesús era como un instrumento hermoso y delicado, capaz de contactar la acción vibratoria, no solamente del mundo físico, sino también de las Altas Esferas. Esta corriente de vida de exquisito desarrollo era naturalmente capaz de involucrarse en el mundo de las apariencias con una fuerza tremenda, por la sola claridad de Sus sentidos, muchísimo más que la densa y apagada conciencia que per cibe poco y permanece en lugar de vivir. Al igual que todo hombre y mujer en la Tierra, Jesús tenía el don del libre albedrío, con el que ni siquiera Yo (por Ley Cósmica) podía inmiscuirme a través de la presión de Mi deseo por Su libertad. Fue Mi gran privilegio ayudar a esa conciencia a que utilizara esas facultades para magnificar la Luz de Dios y la perfección del Padre, ante Quien Él había hecho Sus Votos para representar a la raza. ¡Piensen en esto por un momento! Jesús no vivió en un “mundo encantado”. Vivíamos en un pueblo pequeño y humilde, donde Él debía codearse con los lisiados, paralíticos y enfermos de mente y cuerpo. En aquellos días, no existían en el mundo instituciones que cuidaran a esas desoladas formas huma nas, que hoy en día no están a la vista de la mayoría de las personas..........

(Continua)

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¡Gloria a Dios Soberano y Eterno en la infinita inmensidad y Paz en la Tierra a los hombres que buscan la Verdad y la Justicia!
Amémonos en el Nombre de Dios

yáskara


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