Toda la energía que ha sido calificada por cierta
Cualidad (que será beneficiosa para alguna Causa que redundará en
beneficios para una raza, un planeta o una galaxia) es poseída por los
Grandes Seres que le darán alma a fin de evitar que regrese al Estado
Primigenio de Luz Universal. Así cuando un Gran Ser es investido con la
responsabilidad de encarnar una Cualidad de la Deidad y cuando, a
través de su Propio Ser, despierta una cualidad así en cualquier
esfera, un miembro de la Hueste Querúbica se ofrece voluntario para
sostener esa energía extraída, concentrada y calificada. Ésta, junto
con toda la energía contribuida por aquellas corrientes de vida que el
Patrocinador haya podido interesar en una Causa similar, se convierte en
el ímpetu, el cual crece hasta que llega la hora de la consumación.
Entonces, a través del Centro Cardíaco escogido para ser el canalo
grifo de su liberación, el ímpetu acumulado de las eras fluye y la
vida de un planeta o de una galaxia se enriquece así. El cuidado de
esta energía, hasta tanto no llegue dicho momento, corre por cuanta del
Gran Querubín.
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