GOBIERNO DEL COSMOS
Por Ley de Correspondencia «Como es
arriba es abajo...», el mundo invisible, o los planos superiores, el cosmos o
como quieras llamarlo, tiene su Gobierno con jefes, oficiales, directores y
legiones de servidores. Todos éstos son seres que han vivido y evolucionado en
las esferas inferiores, tal como nosotros, y que continúan evolucionando pues
hasta los Seres de Luz más altos que conocemos continúan ascendiendo y pasando
de un cargo a otro. No se está ocioso en esos mundos, ni sentados en una nube
contemplando a Dios y tocando un instrumento.
DICE EL MAESTRO SAINT
GERMAIN
«Las actividades de la Gran Hermandad
Blanca son tan diversificadas y tan amplias, que se necesitan centenares de
seres ascendidos para dirigir las múltiples líneas de fuerza que aseguran ei
progreso de la raza humana».
Si es imposible que un solo Maestro
Ascendido gobierne totalmente y ejecute la diversidad de actividades de la mente
y el corazón de Dios, mucho más lo es que un solo ser NO ascendido trate de
concentrar el bien que está decretado para el progreso de nuestra estrella, a
través de los confines limitados de una conciencia humana. Un momento de
consideración mostrará la lógica de esta aseveración y la imposibilidad de
semejante servicio por parte de individuo alguno.
Si un solo individuo pudiera proveer la
forma de elevar a un planeta y algunos diez billones de almas al estado
crístico, ¿no creen ustedes que los avatares que ha vivido y encarnado el poder
crístico ya lo hubieran hecho? Buda vino y se fue, luego Jesús, dejándoles el
campo a otras vidas que ofrecieron sus energías y talentos de sus mundos
individuales para este plan evolutivo.
En nuestra octava, la Gran Hermandad
Blanca fue fundada por el Señor Sanat Kumara (quien, como ustedes ya saben, fue
el que sostuvo la Tierra en órbita durante tantos siglos, esperando que surgiera
alguien que pudiera hacerlo por poseer suficiente luz), con el fin de elevar la
conciencia de los hijos de este planeta hasta el punto de que llegaran a ser
Señores de la Llama, y que luego pudieran enseñar a otros miembros
de
la raza a
emitir su propia luz.
Es la naturaleza de Dios permitir a sus
hijos el ser cocreadores con Él. En efecto, es la razón de ser de los diferentes
mundos, a donde fueron enviados los hombres y las mujeres a experimentar con la
energía para que sintieran la dicha de crear por sus propios
esfuerzos.
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